imagen blog tornillo oxidado lavadora

¿Cómo quitar un tornillo oxidado de una lavadora?

¿Cómo quitar un tornillo oxidado de la lavadora?

Las lavadoras suelen estar expuestas a la intemperie colocadas en terrazas, baños o lugares en los que puede haber agua en el suelo.  O ellas mismas o el grifo al que van conectadas pueden sufrir pequeños goteos.

Estos goteos pueden  provocar que poco a poco la chapa y los tornillos se oxiden.

Si esto nos sucede y un tornillo se nos oxida y queremos sacarlo para recuperarlo o substituirlo por uno nuevo tenemos que sacarlo y esa no es tarea fácil.

Entonces, ¿Como sacar un tornillo oxidado de una lavadora?.

Tenemos unos pequeños tips o trucos que te ayudarán a quitar ese tornillo oxidado.

Sacar el tornillo con aceite lubricante.

Si probando con una llave adecuada al tornillo, no conseguimos soltarlo.

Probamos esta primera opción más fácil.

Rociamos todo el tornillo, generosamente, con aceite lubricante.

Aquí puedes ver nuestro favorito:

Este producto, penetra en el tornillo y desprenderá el óxido lo que nos va a permitir soltar la tuerca y sacar el tornillo oxidado de nuestra lavadora. Solo tenemos que dar unos golpes suaves con el martillo.

Sacar un tornillo oxidado con ayuda de un soplete.

Si el lubricante no funciona y no conseguimos aflojar el tornillo oxidado, probaremos calentando el tornillo y la tuerca con la ayuda de un soplete.

En este paso, es importante cubrir todo lo que no queramos estropear con una tela húmeda y protegernos nosotros con guantes y gafas de protección.

Encendemos el soplete y procedemos a calentar la zona.

Aquí te dejamos una opción muy baratita y útil para tener a mano en casa para distintos usos.

El óxido se despega con facilidad porque el material se dilata por efecto del calor. Consiguiendo nuestro objetivo de quitar el tornillo oxidado de nuestra lavadora.
Este método suele ser infalible, pero, si no es así lo completamos con el siguiente paso.

Sacar un tornillo oxidado con frío.

Este paso consiste en aplicar frío, justo después del calor, para que se contraiga el material.

Para ello volvemos a calentar el tornillo oxidado con ayuda del soplete y, a continuación, aplicamos hielo encima del tornillo.

Como ya hemos dicho, con el calor el material se dilata, y a continuación con el frío se contrae, con este truco ya aflojamos el tornillo más resistente.